Del mismo modo en que las baterías de iones de litio impulsan el auge de los vehículos eléctricos, también pueden jugar un rol preponderante para aumentar la cantidad de energía procedente de fuentes renovables. La energía eólica y la solar produjeron un 10% récord de generación eléctrica a nivel mundial en 2021. Pero, ¿qué sucede cuando el viento ya no sopla o el sol no brilla?

La solución evidente es usar baterías para almacenar el exceso de la energía generada a partir de fuentes limpias e intermitentes. No obstante, hasta el día de hoy, el desarrollo de estas tecnologías ha quedado rezagado respecto del de la generación de energías renovables. Con la expansión de los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS, por sus siglas en inglés), es posible cambiar esta situación.

Los BESS permiten capturar y liberar de forma más inteligente la energía de distintas fuentes. Uno de los servicios que ofrecen estos sistemas es el de regulación de la frecuencia de la red minuto a minuto , lo que contribuye a mantener un suministro eléctrico seguro y estable. Se están convirtiendo en una solución viable para integrar en los sistemas eléctricos las energías renovables variables, como la eólica y la solar, aprovechando la caída del costo de las baterías de iones de litio que se ha venido experimentando durante la última década.

Según Bloomberg New Energy Finance (BNEF), los precios de los paquetes de baterías de iones de litio han bajado de más de USD 1.200/kilovatios-hora (kWh) en 2010 a USD 132/kWh en 2021, lo que supone una disminución del 89% en términos reales. Para 2024, BNEF prevé que los precios promedio ronden los USD 100/kWh. Esta evolución ha sido impulsada principalmente por el auge de los vehículos eléctricos y las economías de escala en la producción industrial de paquetes de baterías.

Si bien el uso de sistemas BESS en los proyectos de energías renovables es aún incipiente, están surgiendo nuevas experiencias que ayudan a crear el caso de negocios de esta tecnología de almacenamiento tan prometedora.

Uno de estos casos lo vemos en El Salvador. En la actualidad, todos los generadores de electricidad del país interconectados a la red de transmisión están obligados a suministrar reservas de energía cuando sea necesario para garantizar la confiabilidad y estabilidad de la red. Sin embargo, dado que los generadores que utilizan energía eólica o solar no pueden proporcionar este servicio a la red bajo demanda, la reglamentación vigente los obliga a compensar las reservas suministradas por los generadores convencionales, tales como las centrales hidroeléctricas y térmicas, a través del operador del sistema. Esto implica un aumento de costos para empresas como Neoen, que opera dos de las centrales solares más importantes del país: Providencia Solar y Capella Solar.

Si, por el contrario, estas centrales de energía solar desarrollaran sus propios BESS para cumplir con los requisitos de la red, no tendrían que depender de la reacción de la energía hidroeléctrica o térmica para regular la frecuencia. Si el sistema se diseña correctamente, los pagos que debe hacer Neoen para compensar las reservas suministradas por los generadores convencionales se reducirían prácticamente a cero.

Los sistemas BESS también tienen la ventaja de ser más eficientes que las centrales hidroeléctricas o térmicas a la hora de responder a las variaciones de frecuencia de la red, además de que desplazan las emisiones de GEI que hubieran sido generadas por las fuentes convencionales en el escenario actual.

Si el caso de negocios para BESS parece claro, ¿por qué no hubo financiamiento comercial para este tipo de inversión? En pocas palabras, a los prestamistas de Providencia y Capella Solar les preocupaban los riesgos de financiar una tecnología con poca trayectoria. Por eso, en 2021, BID Invest, que ya había invertido en ambos proyectos, otorgó dos préstamos de largo plazo para financiar los BESS de las centrales de energía solar mediante los recursos de financiamiento combinado del Fondo Climático Canadiense para el Sector Privado de las Américas — Fase II (C2F2).

Este tipo de financiamiento es novedoso en el ámbito de las baterías de almacenamiento en América Latina, ya que el prestatario tiene derecho a diferir los pagos cuando no se alcanzan los ahorros previstos. En otras palabras, es una especie de financiamiento “pay-as-you-save” (pague a medida que ahorra), mediante el cual el pago del capital depende del rendimiento real de BESS.

En marzo de 2022, Neoen recibió el premio Latam Battery Storage Deal of the Year 2021 de IJ Global. Se necesitan soluciones de financiamiento innovadoras como esta para aumentar la viabilidad comercial de los proyectos de baterías de almacenamiento y acelerar la transición energética en la región. Al fin y al cabo, la implementación de sistemas de almacenamiento de energía será un factor clave en la transición energética que es necesaria para mitigar el cambio climático y garantizar la seguridad y confiabilidad de las futuras redes basadas en energías renovables.