Sostenibilidad en Agronegocios (1): Cómo agregar valor usando tecnología e inclusión
Cuando se habla de nuevos conceptos sobre inversión de impacto, se tiende a pensar que en el sector de los agronegocios todo se queda en buenas intenciones. Sin embargo, una agenda de sostenibilidad puede incrementar la rentabilidad del sector agrícola, sobre todo en regiones como América Latina y el Caribe (ALC) que es responsable del 14% de la producción agrícola global y responderá por el 25% de las exportaciones mundiales de productos agrícolas y pesqueros en 2028.
ALC necesita avanzar en el desarrollo y difusión de tecnologías para aumentar la productividad, sostenibilidad, innovación e inclusión, lo que permitirá satisfacer las necesidades nutricionales de una población mundial en constante aumento que se espera sea de 9.300 millones en 2050. De estas aristas planeamos hablar en una serie de entradas, de la cual ésta es la primera.
En un artículo reciente en el Financial Times, el prestigioso historiador israelí Yuval Noah Harari escribió que gracias a los avances científicos, la humanidad ya no está indefensa ante pandemias como la que estamos sufriendo. Sin embargo, llama la atención que haya citado el ejemplo de la agricultura y su resiliencia en estos momentos gracias a su tecnificación acelerada en décadas recientes, porque ése no ha sido aún el caso en ALC.
En Brasil, durante el 2020, hubo un decrecimiento del PIB del 4.1%; sin embargo, el sector agrícola tuvo un crecimiento del 2%, lo que hizo que esa baja no fuera aún mayor. Lo mismo ocurrió en Colombia, donde el PIB se contrajo 6.8% pero la agricultura creció un 2.8%.
Estos son ejemplos de cómo, en nuestra región, la agricultura ha tenido un rendimiento sólido durante la pandemia, en parte por la alta demanda de productos alimenticios sobre todo en los momentos de nerviosismo del comienzo del confinamiento. Pero la tecnificación ha tenido poco que ver, dado que aún no ha llegado a gran parte del sector de agronegocios.
Esto nos indica que hay un margen significativo de crecimiento de la rentabilidad del sector, a medida que llegan nuevas tecnologías basadas en la digitalización, como ha ocurrido por ejemplo en Israel. Las cadenas de abastecimiento serían beneficiarias claves de la tecnología en la agricultura. No solo la tecnología les está permitiendo mayor inclusión, sino también conectividad, productividad, rapidez en las transacciones, administración remota de dispositivos, facilidad en el monitoreo y captura digital de imágenes, que permiten la trazabilidad de sus productos, satisfaciendo los requerimientos de los consumidores.
Asimismo, la tecnología puede ayudar a la inclusión de mujeres en el sector agrícola, al reducir la aparente necesidad de uso de fuerza bruta, y sofisticar los métodos de trabajo, y para ello será necesario un enfoque en la capacitación con lentes de género. Según algunas estimaciones, de los 58 millones de mujeres que participan en trabajo agrícola en ALC, sólo 17 millones son reconocidas, lo que tiene implicaciones negativas para el acceso a programas estatales, créditos y asistencia técnica del campo.
Tampoco podemos olvidar que en ALC, como en otros lugares, las mujeres son las que se ocupan principalmente del cuidado de los hijos y otros dependientes. Muchas más mujeres podrían llegar al sector de agronegocios y contribuir a su crecimiento inclusivo si hubiera una mayor preocupación por sus necesidades específicas incluyendo: seguridad en el transporte al trabajo y hospedajes, creación de zonas para lactancia, y espacios de cuidado de los niños pequeños durante la jornada laboral. La atención a estas necesidades por parte de los empleadores, siguiendo el ejemplo de compañías como Danper de Perú, sería muy positiva.
Otros aspectos de inclusión en la agricultura son la digitalización y el acceso a servicios financieros en el desarrollo del campo y el aumento de la productividad. En relación a este último, en una región donde el sector agropecuario representa alrededor del 6 % del PIB, un valor de casi el doble de la media mundial, apenas un 3% de los créditos se dirigen hacia tal sector. En el caso de las cadenas que incluyen múltiples pagos y cobros, estos han sido frenados o retrasados por la crisis relacionada con la pandemia y los periodos extendidos de inactividad comercial. BID Invest ha colaborado con el financiamiento de las cadenas usando soluciones de factoraje inverso que permiten pagos anticipados y está apoyando la transformación de empresas de agronegocios como es el caso de Grupo KUO, Sigma Alimentos y Elementia.
En esta región, tenemos una oportunidad única, que muchas otras partes del planeta no han tenido, para impulsar la última revolución tecnológica teniendo en cuenta los factores ambientales, sociales, y de gobierno corporativo (ASG), e incrementar aún más la rentabilidad de un modo sostenible. Los factores ASG están cambiando la forma en que se dirigen las empresas en todo el mundo, pero también están cambiando la forma en que se evalúa la actividad de esas empresas, con un impacto particular en los mercados emergentes como los nuestros.
En BID Invest hace tiempo que estamos liderando el ajuste del sector de agronegocios de ALC hacia un modelo más sostenible, que será un modelo más rentable. Esto no lo decimos solamente nosotros.. Es el momento de actuar.
¿TE GUSTA LO QUE ACABAS DE LEER?
Suscríbase a nuestra newsletter para mantenerse informado sobre las últimas noticias de BID Invest, publicaciones de blog, próximos eventos y para obtener más información sobre áreas específicas de interés.
Suscribirse