Sin brechas ni sesgos: la clave para una educación inclusiva y equitativa
Para poder garantizar una educación inclusiva y equitativa resulta vital eliminar todo tipo de sesgos en las aulas. No hablamos de escuelas mixtas, sino de contenidos que permitan que tanto los niños como las niñas puedan potenciar sus sueños, imaginarse que pueden estudiar o trabajar en cualquier área y así potenciar la equidad desde la base.
¿Qué queréis ser de mayor? A todos nos preguntaron esto cuando éramos niños y lo seguimos haciendo. La capacidad de los niños de verse desarrollando una u otra carrera surge de los estímulos externos, los ejemplos que pueda ver en su casa, en las aulas y en los medios de comunicación y entretenimiento.
Cuando yo iba al colegio, dentro de los personajes destacados eran muy pocas las mujeres de las que se nos hablaba. No existían asignaturas con perspectiva de género, mucho menos clases sobre las mujeres en la historia o en la economía, como los electivos que hay ahora en algunas carreras. Imaginarse en un ambiente donde no existen modelos a seguir es difícil. De hecho, es la brecha más peligrosa de todas, porque restringe nuestra capacidad de soñar.
Muchos estudios demuestran que niñas y niños comienzan a clasificar los trabajos según el género a los seis años. Más aún, cuando las niñas alcanzan los 12 años, cerca de un 50% de ellas comienza a aspirar solamente a roles estereotípicamente femeninos. Esto es lo que se conoce como la brecha de los sueños.
Cerrar la brecha de los sueños (“dream gap” en inglés) es clave no solo para las niñas y niños, sino también para potenciar un crecimiento sostenible, inclusivo y equitativo en América Latina y el Caribe (ALC). Por eso, es necesario que desde la educación ayudemos a que niños y niñas sean capaces de soñar sin límites que coarten su potencial. En la medida en la que las escuelas incluyan modelos a seguir para todas las niñas y niños, independiente de su género, origen, etnia o religión será posible comenzar a alcanzar la equidad desde sus bases.
En la industria del entretenimiento ya se han hecho algunos esfuerzos. La inclusión de más superheroínas, de diferentes orígenes y con distintos rasgos étnicos permite que las niñas se vean reflejadas en roles que van más allá de las damiselas en peligro. Pero, la tarea no termina ahí, todas y todos debemos contribuir a cerrar la brecha de los sueños.
Hoy, la inversión en infraestructura social, como colegios y otros establecimientos, es vital no solo para el desarrollo sino también para la reactivación y recuperación de las economías. Más de un tercio de las niñas y niños de ALC asiste a escuelas mal equipadas, lo que también coarta su desarrollo.
Por eso, algunas empresas ya han comenzado a trabajar en cerrar la brecha de los sueños. Mattel fue una de las pioneras con el “Barbie Dream Gap Project”. Un proyecto que buscaba dar a conocer mujeres líderes que motivaran a las niñas a hacer todo tipo de cosas, desde astronautas hasta desarrolladoras web. Para conseguirlo, la empresa creó una colección de muñecas inspiradas en heroínas de todo el mundo, donde se incluyó a mujeres como la peruana Mariana Costa, fundadora de la ONG para formar mujeres en tecnología Laboratoria; la doctora brasilera Jaqueline Goes de Jesús, que lideró la secuenciación genética del coronavirus en su país; y la mexicana Adriana Azuara, fundadora de la compañía All4Spas y líder del wellness en la región.
Tener modelos a seguir que sean similares a uno es fundamental, no solo para verlos sino como ejemplos para comprobar que es posible seguir por un camino determinado. El problema es cuando no existen referentes, ya sea con historias o con características similares a nosotros. Esto hace que automáticamente los sueños se vean más lejanos, por eso es importante también que desde la educación se genere cercanía con modelos positivos a seguir para las niñas.
Los estudios dicen que un 90% de las niñas sienten que tienen aspiraciones personales y profesionales mayores después de seguir a mujeres inspiradoras en redes sociales. Así nació Inspiring Girls, organización global que comenzó en el Reino Unido y hoy está presente en más de 30 países, incluyendo algunos de América Latina y tiene como objetivo ayudar a las niñas a que conecten con mujeres que pueden ser su modelo a seguir, para que desarrollen al máximo su potencial.
Ayudar a soñar no solo permite inspirarse en modelos positivos a seguir, sino también prevenir caer en círculos de pobreza, violencia e incluso maternidad adolescente. Por eso, la Fundación Tropicalia desarrolla la iniciativa “Soy niña, soy importante”, a través de la cual realiza varias acciones dirigidas a niñas, sus familias y la comunidad de la República Dominicana. Entre sus programas, está el campamento en el que cientos de niñas viven una experiencia única de desarrollo personal y diversión, donde se sienten empoderadas y seguras para expresar exactamente lo que piensan y sueñan.
En 2023, la premisa para el Día Mundial de la Educación es “invertir en las personas, priorizar la educación”. Una declaración tan sencilla como necesaria, principalmente debido al rezago que existía ya antes de la pandemia y que empeoró aún más después de ella. Esta declaración es también una oportunidad para transformar la educación la perspectiva de género. Esta es la base que nos permitirá alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible n°4 de garantizar una educación inclusiva, equitativa, de calidad y que promueva el aprendizaje. Solo así podremos crear sociedades más inclusivas. Y qué mejor si además nos permite contribuir a que las niñas y niños de ALC puedan soñar sin límites.
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