TechFins, MiPymes y comercio digital transforman el desarrollo económico de la región
La transformación digital de los servicios financieros ha sumado nuevos jugadores al sistema financiero en los últimos años ‒principalmente empresas FinTech y TechFin‒, ofreciendo alternativas disruptivas para subsanar persistentes restricciones a la inclusión financiera en América Latina y el Caribe.
En noviembre de 2018, BID Invest comprometió una inversión de US$50 millones en moneda local en un FIDC (Fondo de Inversiones en Derechos Crediticios) creado por MercadoCrédito, la plataforma TechFin de la multilatina MercadoLibre, para facilitar la financiación a micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) en Brasil.
La importancia de las MiPymes
Las MiPymes son una parte fundamental de una economía dinámica y saludable. Su incremento y crecimiento aumentan la competencia y fortalecen el ecosistema emprendedor, impactando positiva y significativamente en la innovación y la productividad agregada.
En la actualidad, las MiPymes constituyen alrededor del 90 % de las empresas en un país típico de América Latina y el Caribe y emplean la mayor parte de la fuerza laboral (cerca del 70 %). Y tienden a crear una gran porción de los nuevos empleos: a pesar de tener una elevada mortandad, el efecto neto tiende a ser positivo.
Sin embargo, las MiPymes en la región presentan un bajo nivel de acceso a crédito, en comparación con sus pares de países desarrollados u otras economías emergentes, o incluso con respecto a empresas grandes en su mismo sector y país.
¿Que son las empresas TechFin?
TechFins ‒un término acuñado por el fundador de Alibaba, Jack Ma, en 2016‒ son empresas con origen tecnológico que para apalancar y complementar su oferta de productos y servicios han comenzado a desarrollar diferentes productos financieros.
Ejemplos de estas empresas son Google, Apple, Facebook y Amazon en Estados Unidos (conocidas de modo colectivo como GAFA); Baidu, Alibaba y Tencent en China (conocidas como BAT), y más reciente, la multilatina MercadoLibre en Latinoamérica, que a su habitual billetera virtual MercadoPago ya ha agregado productos de ahorro y crédito.
Al igual que las ya conocidas Fintechs, las empresas TechFin utilizan su base tecnológica para desarrollar soluciones a medida y focalizadas que tienden a resolver o reducir de manera más eficiente las restricciones tradicionales para el acceso a financiamiento que tienen las MiPymes.
Entre las principales restricciones se encuentran las asimetrías de información, la falta de productos a medida y los altos costos transaccionales que implican los procesos de las instituciones financieras tradicionales.
Impacto en el sistema financiero
Las TechFins se apalancan en los desarrollos tecnológicos de sus operaciones principales para optimizar la experiencia del usuario, mejorar los métodos de evaluación crediticia, minimizar tasas de morosidad y fraude y reducir de forma significativa los costos unitarios por transacción. Utilizan el enorme flujo de información y huella digital de sus clientes para ofrecerles productos a medida a través de una captación de datos y evaluación crediticia automatizada y aprendizaje computarizado continuo.
Esto les permite ofrecer crédito a empresas, en particular MiPymes que, de otra manera, por su escala y falta de historial crediticio, no hubiesen podido acceder a préstamos tradicionales. De esta manera, el crecimiento de TechFins como MercadoCrédito puede generar cuatro impactos socioeconómicos principales relacionados al desarrollo del sistema financiero:
- Mayor inclusión financiera y acceso a crédito de las MiPymes: los préstamos de MercadoCrédito llegan fácilmente a emprendedores y pequeños empresarios en todo el país, algo muy difícil de alcanzar con un sistema tradicional;
- Mejoras de eficiencia del sector financiero: todos los procesos son automáticos y en línea, evitando desplazamientos innecesarios y los costos fijos asociados a una distribución física.
- Innovación en productos y servicios financieros: el desarrollo de las plataformas, así como las herramientas de evaluación crediticia, incorporan los últimos avances tecnológicos y se ajustan de forma continua, incorporando la experiencia del usuario. Esto permite innovar en productos y servicios a medida de los clientes; y
- Fomento de la competencia del sector financiero: la disrupción de las TechFin no sólo genera competencia en regiones donde existían pocas alternativas, sino que también estimula en general la implementación de soluciones tecnológicas apropiadas por parte de entidades financieras tradicionales.
Las TechFin y el comercio electrónico
Desde su primera incursión en medios de pagos, la principal motivación para las TechFin fue la de fortalecer el ecosistema para apalancar sus actividades en línea.
La expansión de la estructura financiera que promocionan las TechFin como MercadoCrédito y MercadoPago contribuye al crecimiento del comercio digital por parte de las MiPymes, en particular comercio on-line del tipo B2C (empresa-consumidor, Business-to-Consumer) y B2B (empresa-empresa, Business-to-Business).
El crecimiento del comercio digital, por su parte, tiene amplios beneficios socioeconómicos. En el caso de las empresas, permite reducir costos e incrementar la productividad, mientras que promueve la innovación y competencia. Para los consumidores, el ahorro de tiempo y esfuerzo, el fácil acceso a información y a mayor variedad de productos y servicios genera bienestar, especialmente en poblaciones alejadas de las grandes ciudades.
Por último, en términos de la cadena de suministro, el impacto del comercio digital es significativo, no solo para los sectores de transporte y logística, sino también para el diseño de ciudades y, en general, la gestión de la cadena de provisión y distribución.■
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