Hacia una manufactura baja en emisiones: el caso de Honduras
El crecimiento de los parques industriales es importante para el desarrollo económico de América Latina y el Caribe (ALC). En un mundo globalizado, la clave para que la región obtenga una ventaja competitiva está en las prácticas eficientes desde el punto de vista medioambiental.
Pongamos el caso de Honduras. Actualmente, más de 300 empresas, nacionales e internacionales operan en los parques industriales del país, y durante la pandemia este sector continuó trabajando bajo todos los protocolos de bioseguridad permitiendo que miles de hondureños puedan acceder a un trabajo formal.
Éste es un sector dinámico y eficiente, que responde a las tendencias de los mercados. Y los mercados mundiales, con la Unión Europea a la cabeza, empiezan a dar señales de preferencia a importaciones menos intensivas en emisiones de gases de efecto invernadero gracias a la posible implementación de mecanismos tarifarios que beneficiarían productos con una baja huella de carbono.
Cuando INHDELVA, una empresa del Grupo Kattan y uno de los principales parques industriales en Honduras, tomó la decisión en 2019 de invertir en la generación de energía renovable en forma de paneles solares para el uso en sus naves industriales, sus clientes celebraron esta decisión. Por un lado, parecía el momento ideal para hacer inversiones en energía solar dada la reducción de los costos de generación en los últimos años, y los clientes internacionales asentados en el parque industrial apreciaban la idea de producir con menores emisiones de dióxido de carbono.
Con el apoyo de BID Invest, la Compañía pudo implementar estudios de factibilidad y la evaluación de las ofertas técnicas y económicas. Finalmente se consiguió la aprobación de un préstamo que incluía financiamiento mixto con recursos procedentes del programa SREP de los Fondos de Inversión del Clima (CIF, por sus siglas en inglés). Esto ayudó a Grupo Kattan a tomar la decisión de proceder con la inversión, instalando 4 MW de energía solar e iniciando la generación durante el 2020, a pesar del impacto de la pandemia.
La exitosa instalación de los primeros 4 MW y la implementación de un sistema de medición de alta tecnología le permitió a INHDELVA poder cuantificar la energía generada, los ahorros y la reducción de emisiones. En base a los resultados del análisis de esta información, en 2021 la Compañía tomó la decisión de avanzar con la segunda fase para llevar el proyecto hasta 6.4 MW, lo que representa aproximadamente 30% de la energía consumida por el parque que antes era demandada de otras fuentes no renovables.
Como ejemplo ilustrativo, la etapa de cosido de 1 kg de camisetas de algodón utiliza 0.29 kWh de electricidad; en el caso de INHDELVA, de utilizarse electricidad de la red nacional se emitirían 190 gramos de CO2; y 368 gramos, si la energía proviniera de un generador a base de diésel.
Sin embargo, debido a la implementación del parque fotovoltaico las emisiones se reducen en -57g y -235g de CO2 frente al primer y segundo escenario respectivamente, diferencia que aún podría aumentar gradualmente de acuerdo con los planes de expansión de su sistema fotovoltaico y acciones para almacenamiento de energía y eficiencia energética que pudieran adoptarse. Cabe mencionarse que actualmente BID Invest explora juntamente con el cliente soluciones de baterías para apoyar este incremento.
Esta diferencia cuantificable podría demostrarse en mercados internacionales, transformándose en una ventaja competitiva frente a otros productores con mayor huella de carbono por unidad de producto.
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