Eficiencia energética: un poder transformador para las empresas y el medio ambiente.
En el sector manufacturero, negocios han generado avances impresionantes en el desarrollo de soluciones de eficiencia energética. Por ejemplo, herramientas de gestión del flujo de materiales garantiza un uso eficiente de los recursos mediante el análisis y el seguimiento de la energía y la utilización de materiales por procesos específicos. Esto permite a los gerentes de producto tomar decisiones que les permitan fabricar más productos con menos energía y menos materiales.
Además de en el sector industrial, la eficiencia energética en los centros de datos está en plenos desarrollo. Facebook, Google e IBM han tomado medidas para reducir los costes energéticos y de operación a través de innovadoras inversiones tecnológicas. Las instalaciones LEED de IBM en San Bernardo, Chile, se construyeron utilizando materiales con bajas emisiones de carbono y las nuevas tecnologías han permitido optimizar su rendimiento energético. La recuperación de las inversiones en centros de datos energéticamente eficientes como el de IBM suele darse en menos de un año.
En el sector de bienes de consumo, la planta de Unilever en Jiutepec, México, es la estrella de un programa de sostenibilidad denominado “cero residuos”, una instalación que incorpora en su diseño sistemas de recogida de agua de lluvia, aprovechamiento de luz natural a través de claraboyas y un reconocido programa de reciclaje.
Un reciente informe sobre energía de Schneider destacó el sorprendente hecho de que solo con desplegar las tecnologías de eficiencia energética disponibles en la actualidad, las ciudades podrían lograr reducir en un 20% los retrasos por causa del tráfico, un 20% las pérdidas de agua, un 30% la delincuencia callejera y hasta un 30% el gasto en energía.
Se trata de ejemplos muy inspiradores que me dicen que podemos hacer más para conseguir que las tecnologías existentes lleguen a las manos de aquellos que las utilizarán. Según una investigación reciente del BID, una barrera clave para la eficiencia energética en América Latina y el Caribe es la financiación a nivel local, especialmente la de largo plazo.
El Grupo BID, junto con otras instituciones financieras internacionales, ha desarrollado diversos productos financieros y no financieros para llenar este vacío, incluyendo préstamos, líneas de almacenamiento, garantías parciales de crédito para la titularización de conjuntos de préstamos, mecanismos de distribución de riesgos y asistencia técnica. Con las estructuras de financiación adecuadas podemos replicar modelos de negocio exitosos y sostenibles y expandir los proyectos que ofrecen el mayor ahorro de energía con el menor impacto medioambiental.
Con cada vez más empresas privadas y organismos públicos tomando conciencia de que la eficiencia energética no es solo un asunto de mitigación del cambio climático, sino también de reducción de costes, podemos comenzar a transformar el sector energético. Un elemento más para asegurar un futuro colectivo sostenible para la región. Más sobre este tema la próxima semana …
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