Un doble clic para las mujeres: Cerrando la brecha digital desde el sector privado
La brecha digital de género es real, y deja a las mujeres y niñas fuera de áreas estratégicas de la educación, de la innovación tecnológica y de la inserción laboral.
Un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, BID Invest y BID Lab titulado “La dimensión de género en la transformación digital empresarial de América Latina y el Caribe” (ALC) destaca la falta de acceso, de educación, y de uso y capacitación a la tecnología como los tres elementos que componen o generan la brecha digital entre hombres y mujeres.
Tal es la brecha que se ha estimado que, si el uso de internet y teléfonos móviles fuera similar, se podrían sumar alrededor de US2 billones al PIB mundial. Las mujeres están bien por debajo de los hombres en cuanto a competencias digitales, lo que es preocupante pues en ALC el porcentaje de trabajadores en ocupaciones con alto riesgo de ser reemplazados por robots varía entre 62% y 75%, y las mujeres están sobrerrepresentadas en tales ocupaciones.
Con la brecha de género en liderazgo y emprendimiento en el sector de tecnología, las mujeres se encuentran en desventaja para liderar los cambios tecnológicos en el mundo del trabajo y acceder a roles que requieran mayor dominio de competencias digitales complejas.
Esto no es una pérdida solamente para las mujeres y las niñas. La exclusión de esta parte de la población es una oportunidad de mercado para empresas del ecosistema. El cierre de la brecha digital implica que más mujeres accedan a teléfonos inteligentes y a cuentas de internet. Mejores competencias digitales también pueden redundar en un mayor consumo de datos. Y una mayor diversidad en el liderazgo de las empresas está asociado a un mejor desempeño empresarial.
Con el fin de cerrar la brecha digital, las empresas pueden asegurarse de que sus políticas y prácticas son adecuadas para impulsar la diversidad. Los certificados de igualdad son una rigurosa manera de hacerlo: BID Invest aprobó el año pasado una operación en Chile cuyo objetivo es no solo dar acceso a dispositivos y a mejores formas de pago para adquirirlos, sino ofrecer servicios de asesoría para que la empresa consiga la certificación EDGE para mejorar sus políticas de equidad de género.
Además de impulsar la diversidad en puestos de decisión, las empresas del sector de telecomunicaciones pueden hacer un ejercicio de segmentación para entender mejor su portafolio con un lente de género. Esto les permitirá entender las áreas de crecimiento de su cartera de clientes, particularmente de mujeres, así como los patrones de consumo para impulsar aquellos servicios donde estén subrepresentadas.
Una mirada más profunda a estos comportamientos puede indicar qué competencias digitales deben adquirir las mujeres con miras a optimizar su consumo de servicios de telecomunicaciones. En este caso, las empresas operadoras pueden desarrollar una oferta de cursos que les permitan a las mujeres mejorar en este aspecto.
Este ejercicio no es solamente relevante para las empresas de telecomunicaciones. Durante la pandemia algunas empresas como Elo7, una firma digital de mercados artesanales, se dedicó a estudiar la manera y los tiempos en los que las mujeres usaban su plataforma con el fin de adaptarla mejor a sus necesidades y patrones de uso, y para enseñar habilidades digitales más efectivas en este grupo poblacional.
El sector financiero también desempeña un papel importante para el cierre de la brecha digital. Con la llegada de la pandemia, la digitalización de los productos y servicios financieros se aceleró exponencialmente.
Por ello, es clave que, dentro de su oferta de servicios no financieros, las instituciones financieras incluyan educación en habilidades digitales. La educación digital debe enseñar habilidades clave para el éxito de las empresas, incluyendo en particular a las empresas lideradas por mujeres, como por ejemplo el marketing digital.
Adicionalmente, la movilización de capital es fundamental para el financiamiento de la tecnología necesaria para la transformación digital de las empresas lideradas por mujeres. Para esto, es importante conocer las necesidades particulares de los negocios de las mujeres, lo cual sólo es posible si hay un análisis desagregado por género de la cartera por parte de los intermediarios financieros.
Según cifras del reporte Gender Digital Divide de USAID, más de la mitad de las mujeres en el mundo están desconectadas. Solo un 48% de ellas usa internet, mientras que el 58% de los hombres acceden al servicio. Y la brecha es más amplia en los países en desarrollo, donde el 53% de los hombres usan internet en comparación al 41% de las mujeres que lo hacen.
Estas diferencias responden a motivos económicos, carencia de habilidades digitales, falta de acceso o interés por desconocimiento de las ventajas y en algunos casos, riesgos de seguridad y acoso. Pero la tecnología permite mejorar la calidad de vida de las mujeres, la de sus familias y sus comunidades, así como la economía de sus países. Cerremos esta brecha lo antes posible.
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