Hacia una transición justa e inclusiva: empleando mujeres en proyectos de infraestructura
La crisis de Covid-19 ha generado una pérdida de empleo catastrófica en América Latina y el Caribe (ALC), sobre todo entre las mujeres. Las inversiones en infraestructura pueden ser una respuesta.
Solo de febrero a julio de 2020 se perdieron más 30 millones de empleos en la región, la mayoría de ellos en industrias de alta empleabilidad femenina como hotelería, restaurantes, transporte, servicios sociales y salud.
Al mismo tiempo, la crisis climática no se detuvo durante la pandemia y la comunidad internacional hace un llamado a redoblar esfuerzos por mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C. En nuestra región, transicionar hacia un futuro de cero emisiones netas para 2050 podría generar 15 millones de empleos en la próxima década. Sin embargo, ¿cuántos de estos empleos se destinarían a mujeres?
Sabemos que las inversiones en infraestructuras son claves para una recuperación inclusiva y generadora de empleo, además de que promueven el acceso a más y mejores servicios a hogares de menores ingresos. Pero las mujeres aún se encuentran poco representadas en trabajos de áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) típicamente involucradas en esta clase de proyectos.
Por ejemplo, se estima que más del 80% de los nuevos puestos de trabajo creados en la agenda de descarbonización serían sectores dominados por los hombres. En sectores como la construcción o el transporte, las mujeres no llegan ni al 15%. Adicionalmente, las mujeres están sobrerrepresentadas en la economía informal y subrepresentadas en los niveles gerenciales o directivos.
A pesar de los impactos de la pandemia, el rubro de las energías renovables continuó creciendo. En 2021 las energías renovables emplearon a más de 12 millones de personas en el mundo, de los cuales, solo el 32% fueron empleos ocupados por mujeres, según IRENA. Sin duda, una transición justa e inclusiva, debe también incorporar oportunidades adecuadas para todos los sectores de la población.
El sector privado es clave en la reducción de las desigualdades dado que constituye casi el 75% de los empleos en la región. Dado el impacto de la crisis en el empleo femenino, BID Invest ha continuado fomentando la integración de mujeres en áreas STEM y en sectores no tradicionales, así como en la sensibilización de las empresas para derribar las barreras que impiden a las mujeres entrar y permanecer en el mercado laboral. Algunos ejemplos notables de este trabajo de son:
- Atlas: este desarrollador de energía renovable en Brasil, ha generado e implementado prácticas para diversificar su fuerza de trabajo a nivel del proyecto New Juazeiro. Hasta hoy, el proyecto ha incorporado población afrodescendiente y mujeres en la construcción del parque solar, llegando a un 10% de representación femenina en su fuerza de trabajo.
- Central Puerto: Esta empresa de energía argentina contruyó dos parques eólicos, Archiras y Castellana, en los cuales participaron pasantes de áreas de STEM en tareas de supervisión de proyecto y operación de la planta. Desde que el programa diseñado por BID Invest inició en 2018, han participado doce mujeres. También se impulsó la sensibilización de la alta gerencia para abordar los sesgos inconscientes y tener una aproximación más proactiva al reclutamiento de mujeres. Como resultado, hoy la empresa tiene como objetivo tener al menos 50% de mujeres en la etapa final de reclutamiento y en el 2021, 60% de las vacantes fueron ocupadas por mujeres.
- Soleco: BID Invest apoyó a este desarrollador, quien instalará paneles solares en Jamaica, en el diseño de un programa de género con políticas y prácticas a través de la herramienta de igualdad de género WEP. Así mismo, el proyecto formará y empleará a mujeres durante la fase de construcción de forma que al menos 10% de la fuerza de trabajo sea femenina.
Incentivar la contratación, la retención y las oportunidades de liderazgo para las mujeres en estos sectores también requiere cambios holísticos en la cultura organizacional a fin de superar el escepticismo con relación a la calidad y la cantidad de mano de obra femenina. Una herramienta importante para lograr estos resultados ha sido el financiamiento mixto a través de los recursos del Fondo Climático Canadiense para el Sector Privado de las Américas (C2F) y el Fondo de Tecnología Limpia (CTF). Una estructura de incentivos bien diseñada, combinada con asistencia técnica, puede trascender los objetivos de contratación e imponer la cuestión de género como un imperativo estratégico para la dirección ejecutiva.
A medida que la región se recupera de los impactos de la pandemia y avanza hacia una transición justa, es clave facilitar el acceso de las mujeres al mercado laboral. Alcanzar una recuperación inclusiva requiere que dichas oportunidades reconozcan la diversidad del talento disponible y que dichas poblaciones tengan una posibilidad real de beneficiarse de estos empleos.
¿TE GUSTA LO QUE ACABAS DE LEER?
Suscríbase a nuestra newsletter para mantenerse informado sobre las últimas noticias de BID Invest, publicaciones de blog, próximos eventos y para obtener más información sobre áreas específicas de interés.
Suscribirse