Algunas muy buenas razones para cuidar la integridad de los bonos de género
En los últimos 5 años América Latina y el Caribe ha disminuido la brecha de género en 2%, según el Global Findex 2021. Sin embargo, la región aún presenta retos significativos de disparidad. Desde la perspectiva empresarial, solo un tercio de las mipymes son propiedad o lideradas por mujeres, y se estima que presentan una brecha de financiamiento de casi US$100 mil millones.
Hay varios vehículos de inversión para cerrar esta brecha, incluidos fondos de deuda privada, fondo de inversión ETF, deuda privada en formato préstamo y bonos. Dentro de estos, el mercado de renta fija posee la reserva de capital más importante disponible, y representa una vía fundamental para promover la igualdad de género.
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Los bonos de género nacen como una solución de los mercados de capitales para movilizar fondos que ayuden a acelerar la paridad. Siguiendo las mejores prácticas del mercado, adicional a la regulación financiera, los bonos de género siguen los principios de los bonos sociales establecidos por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales, contribuyen en particular al Quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS 5), y están verificados por entidades externas e independientes, conocidas como opiniones de segundas partes.
América Latina y el Caribe se ha posicionado como líder en la emisión de bonos de género con enfoque en mujeres. En 2019 Banistmo emite el primer bono de género de la región, cuyos fondos están dirigidos exclusivamente al financiamiento de mipymes lideradas por mujeres. Al año siguiente, Davivienda emite el primer bono de género del mundo con incentivos vinculados a objetivos.
Al cierre de 2023, la región contaba con 26 bonos de género equivalentes a US$2,250 millones, con México, Chile y Colombia como mercados líderes. BID Invest ha impulsado el desarrollo del mercado de bonos de género, apoyando las primeras emisiones con asistencias técnicas, actuando como inversor, movilizando inversionistas adicionales y promoviendo la adopción de mejores prácticas, e incluso con una emisión propia en México.
A través de siete emisiones que BID Invest ha apoyado en la región, se han canalizado más de US$350 millones al financiamiento de mipymes lideradas por mujeres.
Evitar el pinkwashing
Los bonos de género van dando sus primeros pasos y presentan una gran oportunidad de contribuir a cerrar brechas. Para ello, es crucial asegurar que el desarrollo de este instrumento esté respaldado por estándares y lenguaje que den certeza, transparencia y mitiguen el riesgo de "pinkwashing" o “lavado rosa” (declaraciones falsas o engañosas sobre los beneficios sociales de proyectos enfocados en mujeres).
De acuerdo con la bolsa de Luxemburgo, a nivel global al cierre de 2022 se contabilizaban 169 bonos con enfoque de género. Sin embargo, 50% de estos bonos no reportaba un uso de fondos hacia mujeres y solo 40 estaban completamente destinados a mujeres.
Cualquier violación de la integridad social podría tener consecuencias devastadoras para el incipiente mercado de bonos de género. Una mitigante a este riesgo es el desarrollo de políticas financieras que den claridad al mercado, por ejemplo, la Taxonomía Sostenible de México, la primera a nivel global en priorizar entre sus objetivos la igualdad de género. Otra mitigante a la que recurren los inversionistas es la focalización en segmentos específicos, dado que facilita el reporteo y claridad de la información.
BID Invest promueve el desarrollo del mercado de bonos de género que maximizan el uso de fondos hacia mujeres y que siguen las mejores prácticas del mercado. Asesoramos y acompañamos a los emisores en la creación de un marco de emisión robusto, les ayudamos a navegar las diferentes regulaciones, taxonomías y requisitos del mercado, y les apoyamos con el desarrollo de sistemas de gestión de riesgos y el diseño de estrategias de género y diversidad.
Priorizar la igualdad de género representa una oportunidad para que las organizaciones se diferencien, cumplan sus objetivos sociales y satisfagan la creciente demanda de inversionistas en esta área. Los bonos de género son un vehículo ideal para cubrir estas necesidades de financiamiento.
Para potenciar su impacto y mitigar el riesgo de “lavado rosa” es importante desarrollar un mercado con enfoque particular en avanzar temas de equidad, basados en estándares robustos que promuevan la transparencia. Recordemos que alcanzar la igualdad de género es un objetivo clave para el desarrollo de América Latina y el Caribe que concierne a todas las personas.
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