América Latina y el Caribe, a la vanguardia del progreso energético y tecnológico

El progreso energético y la adopción de innovadoras tecnologías, como paneles solares, baterías, líneas de transmisión, y robots, depende en gran medida de la disponibilidad de minerales críticos como el litio, cobre, cobalto, y níquel, entre otros.
Sin un suministro constante y sostenible de minerales críticos, el desarrollo y uso de estas innovaciones se verían seriamente comprometidos.
América Latina y el Caribe, con sus vastos recursos minerales, está posicionada para proporcionar estos minerales y tiene el potencial de desarrollar las cadenas de valor para ser líder en este progreso energético y tecnológico.
Liderazgo y desafíos
América Latina y el Caribe es líder mundial en la producción de estos minerales. Chile, Perú y México, por ejemplo, representan el 40% de la producción global de cobre.
Chile es el primer productor de cobre y el segundo de litio a nivel mundial. Además, Chile, Argentina y Bolivia representan juntos más del 60% de los recursos totales de litio en todo el planeta.
Según estadísticas geológicas oficiales de Estados Unidos, Brasil es uno de los principales productores de níquel (con una producción de 77.000 toneladas en 2024), y el tercero en reservas después de Indonesia y Australia.
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En 2024, el país produjo 68.000 toneladas de grafito y es el segundo en reservas estimadas, con el 25% de las reservas globales. También se destaca en la producción y reservas de grafito, un material crítico para baterías y la construcción de robots.
Adicionalmente, Brasil produce el 91% del niobio mundial y es uno de los principales países con reservas de tierras raras. Además, es el cuarto en la producción y en las reservas de grafito.
En las ya citadas estadísticas geológicas de Estados Unidos, México figura como productor destacado y ocupa el décimo lugar en reservas mundiales de grafito.
Jamaica y Guyana son importantes proveedores de bauxita y alúmina para Estados Unidos, materias primas clave para la producción de aluminio, necesario para las tecnologías asociadas con la transición energética, la construcción, el transporte, entre otros.
Ocho países de la región (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Guyana, Jamaica, México y Perú) estuvieron entre las principales fuentes de importación de productos minerales no combustibles, de los cuales EE. UU. dependió en más del 50% entre 2020 y 2023.
Factores esenciales
A pesar de todos estos recursos, el sector minero de la región enfrenta varios desafíos, especialmente relacionados con la gestión de conflictos, el manejo de territorio, la la distribución de los ingresos, la gobernanza y transparencia, y el desarrollo de infraestructura asociada adecuada.
Para asegurar una inversión sostenible en la minería, es fundamental considerar una serie de factores:
- Marco regulatorio claro: Políticas públicas y regulaciones estables son cruciales para atraer inversiones.
- Incentivos fiscales y financieros: Ofrecer un régimen fiscal competitivo y financiamiento adecuado puede motivar a las empresas a invertir en tecnologías limpias.
- Colaboración público-privada: Las alianzas entre el sector público y privado pueden ayudar a compartir riesgos y beneficios.
- Acceso a tecnología y conocimiento: Facilitar el acceso a tecnologías avanzadas y promover la transferencia de conocimiento es esencial para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de las operaciones extractivas.
Inversión privada
La inversión privada es esencial para el desarrollo sostenible del sector minero. Las empresas mineras están comenzando a liderar la implementación de soluciones digitales para mejorar la productividad y sostenibilidad de sus operaciones.
La adopción de nuevas tecnologías y la digitalización, impulsadas por el sector privado, son cruciales para minimizar el impacto ambiental y mejorar la eficiencia operativa.
La innovación tecnológica y la digitalización, junto con la atracción de inversión privada, ayudarán a que el desarrollo de cadenas globales de valor equilibre la protección ambiental con el bienestar comunitario.
Además, la inversión privada depende de un marco regulatorio claro, mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, incentivos fiscales y financieros, y acceso a tecnología y conocimiento.
Nuestra región tiene el potencial de convertirse en motor clave para el progreso energético y tecnológico global.
La colaboración entre gobiernos, empresas y comunidades locales es esencial para asegurar una explotación responsable y sostenible de los recursos.
Varios países de la región tienen la oportunidad de desarrollar y aprovechar los beneficios económicos de estos minerales. Su aprovechamiento solo será posible si se gestiona con responsabilidad, una distribución justa y sostenible de los sustanciales beneficios, con transparencia y con visión de futuro para las siguientes generaciones.
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