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¿Qué tan sostenible es la taza de café que tomamos en las mañanas? 3 Tips para reducir su impacto

El café se cultiva en más de 70 países alrededor de todo el mundo y es considerado uno de los productos agrícolas más valiosos, sólo en los Estados Unidos, la industria del café se estima en $ 30 billones; Sin embargo la pregunta tanto para consumidores como productores es, ¿qué tan sostenible es el café?

¿Qué tan sostenible es la taza de café que tomamos en las mañanas? 3 Tips para reducir su impacto

El cultivo de café requiere recursos intensivos y los efectos del cambio climático están creando perturbaciones importantes en su producción y comercio. Las precipitaciones irregulares y el aumento de las temperaturas han creado condiciones poco favorables para la producción de café. Nuestra región, en particular, ya comenzó a ver los resultados negativos. Los países centroamericanos, por ejemplo,  han perdido hasta el 30% de su capacidad de producción. Brasil, el exportador de café más importante del mundo y responsable del 40 % de la oferta mundial de café, se enfrenta a graves sequías en los estados con mayor producción, como Minas Gerais. Mientras tanto, continúa creciendo la preocupación por las futuras cosechas de café y continúan habiendo limitadas precipitaciones.

El agua es necesaria en varias etapas de la producción de café y se estima, que una sola taza de espresso, necesita alrededor de 140 litros de agua desde la siembra hasta nuestra mesa de desayuno.

Entonces, surge esta pregunta: ¿cómo podemos ser partícipes de un modelo de consumo más sostenible? Todos sabemos que la respuesta más obvia es consumir menos; sin embargo, teniendo en cuenta que se espera que el consumo mundial aumente en un 25 % en los próximos cinco años, nuestra segunda mejor opción es encontrar soluciones que disminuyan la huella de carbono de nuestro consumo.

A continuación tres opciones a considerar:

1. Sólo café certificado:

Hay una gran variedad de opciones cuando se habla de certificaciones para el  café, lo cual hace que  las decisiones como consumidores sean más difíciles, ya que todos tienen un enfoque ligeramente distinto. La  etiqueta o certificación particular con la que cada consumidor se sentirá más cómodo dependerá de qué criterio considera el  más importante: la calidad de café, los aspectos medioambientales o sociales, o una combinación de los mismos.

La buena noticia es que las grandes compañías de café están incluyendo en sus cadenas de valor la compra de café a productores certificados. Afortunadamente, América Latina está liderando las exportaciones de café certificado,  es responsable del suministro de alrededor de dos tercios del café certificado a nivel mundial. En última instancia, cualquier esquema de certificación conduce a una mayor transparencia en la cadena de suministro, lo cual beneficia tanto a los productores como a los consumidores, todo esto para demostrar que  la confusa variedad de etiquetas no debe ser una excusa para no comprar café certificado.

2. Reciclaje/ Usos Alternos:

El reciclaje juega un papel crucial al momento de lograr un consumo sostenible de café, ya que está arraigado en muchos aspectos de nuestro consumo; desde las tapas y vasos desechables que utilizamos, hasta los posos de residuos de café y, más recientemente, en el aluminio de nuestras cápsulas de café.

Como consumidores, tenemos la tendencia a recurrir a productos de conveniencia; sin embargo, usar  nuestra taza de café preferida en lugar de vasos desechables reduciría significativamente el desecho de papel y cartón, considerando que este puede durar más de 500 años en los vertederos. Los posos de café que nos quedan, luego de preparar el café de la mañana, tienen una serie de beneficios y usos alternos. Por último, se ha visto una tendencia creciente en los EE.UU. a utilizar cápsulas de café. Empresas como Nespresso y Keurig han implementado diferentes programas para promover el reciclaje de estas cápsulas. Nespresso, por ejemplo, es capaz de separar el aluminio de sus cápsulas y reutilizar el material, así como reciclar los posos de café como abono o fertilizante natural. Sí, es verdad que se necesita un pequeño esfuerzo por parte del consumidor, sin embargo, adoptar este tipo de iniciativas es un paso importante hacia el establecimiento de un mercado sostenible.

3. Evita el café con leche:

Ya sabemos que una taza de espresso requiere la utilización de mucha agua, sin embargo, cuando se toma en consideración la leche de tu café mañanero, la huella hídrica podría aumentar en más de 200 litros (más de 50 galones). Inclusive, puede continuar incrementando cuando le agregamos el azúcar, los vasos y tapas desechables, y cada uno de sus respectivos impactos ambientales. También podría considerar alternativas a la leche de vaca, como la soja, la avena, la almendra, el arroz o incluso la quinua.

Como amantes del café, tenemos la responsabilidad de impulsar mejores prácticas ambientales y sociales a lo largo de la cadena de valor de este producto, mediante la toma de decisiones como consumidores conscientes. Por otra parte, prácticas que producen consecuencias ambientales y sociales positivas, pueden convertirse en un modelo para las empresas y  para los productores. Así podremos hacer frente al cambio climático y otros factores de estrés, y asegurar la producción sostenible para las generaciones futuras.

Escrito por

Vanessa Matos Tudela

Vanessa Matos es candidata a MBA de la Universidad de Toronto. Previamente, trabajó como consultora en temas de inversión para el cambio climático, en

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