Bonos temáticos: Instrumentos esenciales de desarrollo

Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible requiere la colaboración de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. Mediante la creación de bonos temáticos, no solo se aporta conocimiento financiero y técnico a nuestra región, sino que se comparten valiosas experiencias comunes.

Bonos temáticos: Instrumentos esenciales de desarrollo

En 2015, los países que integran la ONU acordaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y con ella los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Alcanzar los ODS, explica la ONU, significará construir “un mundo más seguro, saludable y equitativo para las generaciones presentes y futuras”.

 

En este contexto, América Latina y el Caribe (ALC) enfrentan grandes desafíos para asegurar su sostenibilidad económica. Por ello, asegurar el desarrollo empresarial de la región se convierte en uno de sus mayores retos, al mismo tiempo que se genera un espacio germinal para prometedoras oportunidades. Así, hoy en día, los temas relativos al desarrollo se trabajan de manera integral, reconociendo que debe existir un balance entre la sostenibilidad económica, social y ambiental.

 

Un informe de 2017 realizado por la Comisión de Negocios y Desarrollo Sostenible (BSDC por sus siglas en inglés) estima que los inversionistas pueden generar más de US$1,2 billones de dólares invirtiendo en oportunidades sostenibles vinculadas con los ODS. El informe calcula el valor regional económico de ALC y afirma que el sector privado de la región tendrá una oportunidad de negocios sana y estratégica de continuar por el camino de la inversión en el bienestar común.

 

Bonos temáticos y desarrollo

 

Hace más de una década, los mercados financieros vieron una opción diferente para la inversión en el desarrollo con la generación de bonos verdes, bonos sociales y bonos sostenibles. El resultado fue ideal pese a que estos bonos eran estructurados de forma individual y tenían un propósito específico.

 

Con el paso de los años, surgió en la región la necesidad de configurar instrumentos de inversión adecuados y que sean emitidos por las bolsas de valores de cada país, sumando los esfuerzos de las empresas y bancos locales. Se buscaba asimismo atraer la inversión local e internacional, con cuyos fondos se pudieran sacar adelante proyectos verdes, sociales o sostenibles.

 



 

 


 

 

 

 

BID Invest ha venido trabajando arduamente con los bonos temáticos y continuará su gestión y liderazgo para contribuir con la tendencia mundial de impulsar los negocios sostenibles. Del mismo modo, continuaremos creando una nueva clase de activos a través de productos financieros, brindando asistencia técnica y la creación y difusión en América Latina y el Caribe del conocimiento adquirido.■

 

Autores

Gabriela Mera

Gabriela es oficial de inversiones de BID Invest en la División de Instituciones Financieras, y está a cargo de la originación y estructuración de

Transport

Posts Relacionados

  • Image
    Desafíos y oportunidades para los autobuses eléctricos en América Latina y el Caribe

    Los responsables políticos son conscientes de la importancia de reducir emisiones y los fabricantes están poniendo en marcha nuevos autobuses eléctricos; y los inversores del sector privado se inclinan por las inversiones en este sector, como demuestran las recientes licitaciones en Bogotá y Santiago. Sin embargo, todavía hay obstáculos al despliegue masivo de autobuses eléctricos.

  • Banner
    América Latina y el Caribe tiene un problema con los camiones, pero la solución viene en camino

    El sector de transporte por carretera de la región es gigante e ineficiente: las empresas de logística tienen dificultades para conseguir camiones y los transportistas tienen problemas de capital y seguridad de los conductores. La tecnología, incluyendo portales en línea, llega al rescate.

  • Cómo hacerle frente a la crisis del COVID-19 con la Agenda 2030
    Cómo hacerle frente a la crisis del COVID-19 con la Agenda 2030

    La recuperación tras la pandemia actual tiene que ser diferente y centrada en la sostenibilidad ambiental y social. Nos tendría que conducir a una economía baja en carbono, resiliente a los efectos del cambio climático y que no deje a nadie fuera.