Luiz Gabriel Azevedo es el Jefe de la División de Gobernanza Ambiental, Social y Corporativa de BID Invest. Ha trabajado con desarrollo internacional en unos cuarenta países durante más de treinta años, enfocándose en la gestión de riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) e inversión de impacto, desarrollo de infraestructura, energía, suministro de agua y saneamiento, gestión de recursos naturales y agronegocios. Trabajó para instituciones como el Banco Mundial, el Fondo Mundial para la Naturaleza para la Conservación - WWF y la Construtora Norberto Odebrecht. Fue presidente y miembro del directorio de la Asociación Brasileña de Recursos Hídricos (ABRHidro) y fue miembro del directorio del Fondo Brasileño de Biodiversidad (FUNBIO). Ha recibido numerosos premios, incluido el Premio Mosonyi a la excelencia en energía hidroeléctrica, por su contribución profesional al desarrollo hidroeléctrico sostenible. Ha publicado numerosos artículos y capítulos de libros. El Sr. Azevedo es ingeniero civil y tiene un M.Sc. y un doctorado en ingeniería civil, de hidrología y gestión de recursos hídricos de la Universidad Estatal de Colorado.
La gestión de crisis va más allá de las comunicaciones. Sucesos recientes han puesto en evidencia cómo la tecnología digital puede tanto fortalecer como obstaculizar cualquier esfuerzo de solución.
La energía hidroeléctrica presenta muchas ventajas, aunque a menudo es compleja desde la perspectiva ambiental y social. Se basa en una tecnología relativamente simple y robusta, fácil de adaptar a diferentes condiciones. Los proyectos hidroeléctricos tienen una vida útil a largo plazo, beneficiando a menudo a varias generaciones. Debido a su larga vida útil y bajos costos de operación y mantenimiento, la generación de energía hidroeléctrica continúa siendo altamente competitiva.
Uno de cada tres latinoamericanos reconoce haber pagado al menos un soborno para obtener algún tipo de beneficio en servicios públicos. Junto a ello, grandes escándalos de corrupción se han destapado durante los últimos años afectando tanto a gobiernos como a empresas privadas. La corrupción y la falta de transparencia están presentes a pequeña y a gran escala, a nivel individual, gubernamental y empresarial, e inciden negativamente en la productividad y en el crecimiento económico de los países.
Una banca sólida es uno de los mayores motores de crecimiento económico sostenible en la región, por eso será uno de los temas a discutir en la Semana de la Sostenibilidad de BID Invest, que se celebrará del 7 al 11 de mayo en Lima, Perú. En enero de 2018, Larry Fink, CEO de BlackRock, publicó una carta abierta a los gerentes generales de las empresas que cotizan en bolsa. Su mensaje fue claro, las empresas tienen la responsabilidad de generar ganancias y hacer “una contribución positiva a la sociedad”. De lo contrario, se corre el riesgo de perder licencias para operar. Los consumidores también pueden influenciar, al preferir comprar productos de compañías que valoren objetivos corporativos más amplios en términos de impacto ambiental, diversidad de la fuerza laboral y participación comunitaria. Esto puede ser una declaración sorpresiva, por tratarse de un fondo de capital privado con US$6 billones bajo administración, pero es cada vez más un estándar de facto en el mercado.
Recientemente visité Villa 31, en Buenos Aires, Argentina. Este vecindario pobre e informal que está ubicado a 500 metros de La Recoleta, una las áreas más sofisticadas de la capital argentina. Pese a esta proximidad, cerca de 45 mil residentes de Villa 31 han vivido aislados, sin ser aceptados como verdaderos “porteños” por sus vecinos, debido a las características sociales y económicas de su comunidad. Mi esperanza es que un nuevo proyecto de desarrollo de infraestructura sostenible en la zona puede cambiar este escenario.
Las nubes de polvo del Sáhara han convertido en un frecuente visitante del Caribe, y con ellas están apareciendo peligros para la salud, en especial para aquéllos afectados por el COVID-19 u otras complicaciones. Esto demuestra que la región no es ajena a los efectos del cambio climático en zonas lejanas.