El riesgo climático es también riesgo financiero. Investigaciones recientes sugieren que los impactos financieros del cambio climático ya se están materializando. 

Algunos estudios indican que el cambio climático podría llevar a reducciones de ingresos de hasta un 19% para 2050, con una potencial caída del 12% en el PIB global por cada grado de aumento en la temperatura global.

La inversión pública en riesgo climático es crucial para ofrecer un futuro justo y resiliente a la ciudadanía en países con economías emergentes, pero las instituciones financieras y el sector privado también tienen un papel clave.

Es urgente que las instituciones financieras integren la gestión del riesgo climático en sus operaciones, para lidiar con los impactos físicos cada vez mayores del cambio climático y para que la transición a una economía baja en carbono sea una oportunidad.

De hecho, en 2017, el G20 (integrado por las economías más grandes del mundo) estableció una serie de recomendaciones sobre este vínculo fundamental entre los riesgos climáticos y financieros. 

Esto llevó a la publicación de estándares de divulgación por parte de la Fundación IFRS a través de la Junta de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) en 2023.

Estado actual

En 2023, BID Invest realizó una encuesta entre  Ejecutivos de 32  instituciones financieras en América Latina y el Caribe para medir su comprensión y acciones  hacia el riesgo climático. 

Los hallazgos revelaron una creciente conciencia sobre la importancia de reconocer y abordar los riesgos y oportunidades climáticas (ver gráfico).

El riesgo físico climático es la preocupación más significativa de los CEOs a corto plazo. En contraste, el riesgo de transición es percibido como menos urgente. 

Es más, el 16% cree que no afectará en absoluto a su negocio.

Los datos muestran que muchos necesitan más preparación para identificar, evaluar y gestionar estos riesgos de manera efectiva. 

Mientras que Brasil y Chile, por ejemplo, integran la divulgación del riesgo climático en sus marcos regulatorios nacionales, la falta de regulación integral, estándares uniformes de reportes y mecanismos de aplicación sigue siendo un obstáculo significativo.

Los encuestados también señalaron como una barrera para atender estos riesgos la falta de herramientas adecuadas, datos y comprensión de los estándares, insuficiente comprensión o demanda de sus clientes, inadecuada comprensión del riesgo climático y falta de priorización comercial.

Las estrategias

El Grupo BID está comprometido a ayudar a los bancos a comprender, navegar y gestionar el riesgo climático a través de iniciativas de desarrollo de capacidades. 

En los esfuerzos de transición y descarbonización, una de las coaliciones que apoya a las instituciones financieras es la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto (GFANZ).

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La Alianza colabora con bancos, gestores de activos y aseguradoras, para crear un marco cohesivo que apoye al sector financiero en la consecución de emisiones netas cero. 

Para lograrlo, recomienda a estas instituciones centrarse en tres estrategias:

1. Gobernanza y Cultura: Las instituciones financieras deben integrar las consideraciones climáticas en sus estructuras de gobernanza. Esto incluye alinear la remuneración ejecutiva con los objetivos climáticos y fomentar una cultura que priorice la sostenibilidad.
2. Implementación y Compromiso: La implementación efectiva de las estrategias climáticas requiere colaboración con clientes y partes interesadas. Las instituciones financieras deben involucrarse con sus clientes para comprender sus necesidades y apoyar su transición a emisiones netas cero.
3. Planificación de la Transición: Es esencial desarrollar un plan de transición robusto. Este plan debe delinear los pasos que tomará la institución para cumplir con sus compromisos de emisiones netas cero, con objetivos intermedios e identificación de las inversiones necesarias. 

Progreso significativo

Implementar planes de transición puede ser un desafío, especialmente para las instituciones que comienzan desde cero. 

Un primer paso es realizar un análisis de brechas para comprender las capacidades y necesidades actuales. Los CEOs de instituciones financieras en el Caribe encuestados por BID Invest identificaron este análisis como crítico.

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Los bancos en la Región Andina, Centroamérica y México destacaron la necesidad de realizar evaluaciones de riesgo climático como pilotos en segmentos de su cartera. 

Las instituciones financieras también deben aprovechar los marcos y mejores prácticas existentes, como los estándares ISSB y las directrices de la Alianza Bancaria para el Cero Neto, para apoyar sus esfuerzos.

Se han logrado avances en el camino hacia una gestión efectiva del riesgo climático, pero las instituciones financieras deben continuar profundizando su comprensión y mejorando su gestión. 

Las iniciativas sectoriales, incluidas las de las asociaciones bancarias, desempeñan un papel fundamental en este recorrido. BID Invest acaba de lanzar la red regional enlaces, que incluye diez iniciativas sectoriales para promover las finanzas sostenibles.

Nuevas oportunidades

Las instituciones financieras son cruciales para mitigar los riesgos climáticos y desbloquear nuevas oportunidades económicas adoptando planes de transición integrales y colaborando con las partes interesadas. 

Esos planes definirán si la transición a una economía baja en carbono se materializa como un riesgo o como una oportunidad.

Los hallazgos de la encuesta subrayan la necesidad de marcos regulatorios más sólidos, herramientas y datos mejorados, mejor compromiso con los clientes y mayor conciencia interna para superar las barreras a una gestión efectiva del riesgo climático. 

Mientras el mundo avanza hacia un futuro sostenible, el compromiso creíble del sector financiero con las emisiones netas cero será crucial para dar paso a esta nueva era.

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